Las cuatro leyes de los estudiantes activos

Reynaldo Quispe ChipanaLo que usted leerá en las líneas siguientes, es parte de la investigación que emprendí para entender por qué unos aprenden y otros (parece que) no. He identificado y observado por más de doce años a los alumnos que destacan en los estudios, durante mi actividad como Consultor de Calidad y Acreditación, en entidades de educación superior. Encuentro: dotados intelectualmente, virtuosos del arte de aprender, estudiosos, empeñosos, y chancones.

En un alumno activo se observan cuatro buenas prácticas:

  1. Atiende la clase, totalmente concentrado.
  2. Toma notas de aspectos claves.
  3. Hace preguntas.
  4. Repasa.

Cuatro actividades claves para el aprendizaje que ayudan a fijar (en la memoria) el conocimiento y lo aprendido. Usted puede comprender la clase, pero…  ¿La recordará?

La memoria

Este es un tema de psicólogos y actualmente de la neurociencia.

La memoria es la capacidad de recordar. Aclaremos, todo se graba en la gran biblioteca de datos y experiencias, que tenemos en el cerebro. RECORDAR es un proceso que consume energía y tiempo, aunque el tiempo sea de milésimas de segundos o de días.

Un trabajo mental, típico, que hace el estudiante, es asociar ideas y relacionar información, para deducir o inferir.

El estudiante, necesita asociar datos registrados en el cerebro, anteriormente, durante el estudio de una asignatura/curso. Para asociar información, primero debe RECORDAR, lo leído/escuchado/deducido/pensado… antes.

Por ejemplo, la expresión:     Leonardo da Vinci es multifacético.

La anterior afirmación, -si el alumno procesa mentalmente el significado de cada término- hará que el recuerde el significado de la palabra multifacético.

Persona multifuncional, de muchos talentos. Y hasta recordará que es el autor de la Mona Lisa, la mujer de la sonrisa enigmática.

Las cuatro características, mencionadas en el presente artículo, contribuyen a mejorar la capacidad de recordar. El conocimiento/información/dato que se utiliza con frecuencia o más veces; tiene raíces más grandes en nuestro recordatorio. A más uso mayor recuerdo.

El repaso y el aumento de la capacidad de recordar:

Esta actividad es clave para el trabajo de aprender. Si usted  asigna un tiempo luego de que llega a casa  y repasa lo estudiado en el día o en las clases anteriores, notará después, que su esfuerzo recordatorio disminuye y “su capacidad para recordar (o buena memoria) aumenta”.

Los psicólogos, han descubierto que durante las clases uno comprende apenas el 30%. FIJAMOS TODO, pero recordar AL INSTANTE -lo aprendido- es una virtud/cualidad que muy pocos tienen. Menos si es que sufre de depresión o tiene problemas. La depre, el estrés, la tensión, merman la energía mental, necesaria para el proceso recordatorio.

El repaso aumenta la comprensión del tema y eleva la capacidad de recordar.

Un alumno que hace las cuatro actividades mencionadas se convierte en un alumno activo, consecuencia de éstas buenas prácticas, obtiene buenas notas y destaca.

Los estudiosos hacen cuatro esfuerzos: atiende, anotan, preguntan y repasan.

Esa es mi conclusión. Pero luego me pregunté: ¿Eso únicamente? ¿Hacen más?

Hay algo más que caracteriza al alumno estudioso, la disciplina.

¿Qué es la disciplina?

La capacidad de hacer algo que se programa. Cumplir lo proyectado.

Aquí debo deslindar, para el que estudia con ganas, el tiempo que dedica a estudiar es placentero, es cierto que hay casos en los que se observa sacrificio extremo. Por ejemplo, en una universidad se reportó que los primeros puestos, tenían tuberculosis. Aún así, estos alumnos destacaban y mantenían el primer lugar. Hay personas estudiosas que están rodeadas de todo bien material, no les falta nada, sobresalen con excelencia. Deslindo así el supuesto: el estudioso, debe tener cierta condición económica.

La condición económica, es un factor que incide en el resultado de las personas de rendimiento medio. Hago un alto aquí, para hacer una clasificación oportuna. Los estudiantes son de dos tipos: dotados y de rendimiento mediano.

El presente estudio, pretende ayudar a la gran mayoría, aquellos que no nacieron dotados intelectualmente. Si usted, es un estudiante que resuelve los problemas antes que el profesor, saca los más altos puntajes en los exámenes, para usted no es el presente artículo, gracias.

LA DISCIPLINA es un factor crucial, mucha gente talentosa fracasa, se malogra, por falta de disciplina. Los estudiantes medianos que fracasan teniendo condiciones: intelectuales, materiales, económicas y estímulos de todo tipo, carecen de disciplina. Prefieren una invitación a pasear, o ver televisión, en vez de hacer repaso en casa o en una biblioteca. La disciplina es una característica en toda persona que triunfa. Vargas Llosa comenta que diariamente se acuartela en su oficina, ocho horas diarias para escribir y auto corregirse, aún en día feriado.

La disciplina implica conciencia de responsabilidad, lo opuesto el relajo, inmadurez y desinterés.

Aquí podemos empezar a pensar en la voluntad para algo, LA VOCACIÓN, aquello que puede mover a una persona a dedicar muchas horas de su vida a practicar y ahondar un tema. Una parte de los jóvenes estudia porque sus padres los obligan a ir a una universidad, les dicen: o estudias o te quito las propinas y te mando a trabajar.

Nadie orienta a los jovencitos acerca de los oficios, profesiones, y dedicaciones que uno pueda realizar, luego de cursar la secundaria. El estudioso tiene vocación y siente placer al aprender, el que estudia por el “que dirán mis padres”, tiene obligación, y estudia sin ganas.

Hay una parte de egresados de secundaria que escoge una profesión por que ve en la carrera posibilidades de lucrar y tener trabajo, a esto le llaman: ”carrera con bastante trabajo”.

Diríamos que hay cinco leyes para el alumno activo: atender, anotar, preguntar, repasar y cumplir con la disciplina, de darse un tiempo de estudio, posterior a clases -todos los días- para ahondar en el aprendizaje.

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