CEIFMA, el hogar de los varones más talentosos de La Paz

En sus inicios, la entidad albergó a los hijos de los excombatientes de la Guerra del Chaco.
Al ingresar en el Centro Educativo Integral Félix Méndez Arcos (CEIFMA), el delicioso olor a pan fresco seduce el olfato y nos conduce hasta Félix Humérez, quien amasa con gracia las marraquetas antes de que entren en el horno.
Al verse observado, sonríe y relata que hace dos años que enseña panadería y repostería a los 64 varones, de 14 y 18 años, que pertenecen al centro, dependiente del Servicio Departamental de Gestión Social de La Paz (Sedeges).
“Son buenos estudiantes, aprenden rápido y le ponen voluntad a todo  lo que hacen”, indica Félix, mientras dirige su mirada a los jóvenes que están apostados en el interior de la cocina.
Amaru Nina, uno de los integrantes del centro educativo, vestido con un delantal blanco, se concentra en la decoración de una torta, que fue preparada horas antes por él.
No mira a nadie, sólo el pastel, al cual le pone manjar, mermelada de frutilla y naranja; observa su obra y murmura: “Le falta algo”. Se dirige a su maestro, Félix, a quien le pide que le dé un “vistazo”. Éste contempla el trabajo, agarra un cuchillo, nivela la crema y finalmente afirma: “Perfecto”.
Amaru, de 15 años, es oriundo de la provincia Bautista Saavedra, de La Paz. De niño, jamás imaginó que le gustaría la repostería y menos que pasaría el día entero en una cocina para elaborar pasteles.
Al principio se mostraba indiferente, no quería participar en las actividades del CEIFMA, porque recordaba que su papá lo trajo a la ciudad y lo dejó. Su progenitor no podía financiar sus estudios y decidió buscar ayuda para darle un futuro mejor y lo inscribió en el CEIFMA, donde ahora Amaru es un talentoso repostero, pues sus riquísimas tortas son requeridas por varias instituciones e incluso por los puestos de venta, en el exterior del Méndez Arcos. “Yo no sabía nada de la beca, mi papá se sacrificó por mí. Seré el mejor repostero, seguiré aprendiendo y haciendo más tortas, pan, empanadas y otros productos”, dice el joven.
La educación. Betzi Luna, trabajadora social del CEIFMA, sostiene que los 64 becarios reciben formación técnica en las carreras de Mecánica Automotriz, Mecánica Industrial, Electricidad, Electrónica, Carpintería, Informática y Panadería, lo que les permite insertarse en el mercado laboral. “Cada uno logra un nivel cultural, humanista y científico alto, como un instrumento de progreso para su incorporación en la sociedad, son talentosos”.
Apoyo. La institución brinda apoyo a los adolescentes varones de escasos recursos, en situación de abandono y orfandad, y provenientes de las áreas rurales de La Paz. El centro, en principio, fue creado por decreto supremo el 8 de marzo de 1936 con el fin de atender a los hijos de los fallecidos en la Guerra del Chaco, por lo que era conocido como Patronato Nacional de Huérfanos de la Guerra. Años después, la entidad se convirtió en un hogar.
3 semestres dura una carrera técnica en el CEIFMA, según Betzi Luna, trabajadora social de esa entidad.
“Es un centro de formación profesional técnica que cumple una función social gratuita y sin fines de lucro en beneficio de adolescentes y jóvenes paceños”. Betzi Luna / Trabajadora social
De los egresados, varios trabajan en reconocidas panaderías de la zona sur, donde muestran su talento al elaborar una variedad de masas como queques, tortas y empanadas.
La atención del centro
La institución alberga a jóvenes de 14 a 18 años, en calidad de becarios, a quienes se les da educación, un hogar y la alimentación.
21 jóvenes Se titularán en esta gestión como bachilleres del CEIFMA. Cada uno de ellos tiene conocimientos en áreas técnicas.
1 apoyo psicológico reciben los 64 becarios del CEIFMA, además de atención en salud. Ellos también cumplen actividades deportivas.
7 carreras técnicas tiene el centro educativo, entre ellas,  Mecánica Automotriz, Mecánica Industrial, Electricidad y Carpintería.// La Prensa
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