UPEA crea esqueleto biónico para personas con parálisis

"Quiero combatir la discapacidad”, afirma un joven  de 27 años, mientras manipula un brazo biónico.  En medio de  25 proyectos expuestos en la primera rueda científica de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), esta llama la atención porque lleva consigo y viste su creación: un exoesqueleto.

Roly Ronald Mamani es estudiante de la carrera de Ingeniería electrónica de la UPEA. Tardó 20 días hábiles en crear el tercer prototipo de una de las extremidades de un esqueleto robótico. 

"Es como un equipo  externo que sostiene el cuerpo. Mi objetivo es mejorar la calidad de vida de mi tío que -por una enfermedad- perdió la movilidad. Crearlo significó  ponerme a prueba a mí mismo”, confiesa.

Asegura que con el  equipo para las extremidades inferiores,   las personas con discapacidad  dejarán la  silla de ruedas y volverán a  caminar. "Tal vez necesiten unas muletas para sostenerse, pero al menos recordarán  lo altos que eran”, dice sonriente.

UPEA crea esqueleto biónico para personas con parálisisEl exoesqueleto tiene un sensor que detecta   el ángulo de movimiento de las extremidades humanas. Usando un control, el usuario  se mueve a voluntad.

El joven científico alteño destaca que su creación también puede usarse  para  electromedicina,  rehabilitación  y fisioterapia. El equipo puede levantar peso sin exigir esfuerzo.

En la sala  se exponen proyectos tecnológicos en las áreas  de robótica, 3D, animatronic y electromedicina, todos creados por universitarios. En medio  hay una batalla de mini Robot Sumo.

"Nuestro  objetivo es que el equipo de investigadores  universitarios se vincule con  el sector productivo  y a la industria”, explica Mario Roque, representante  de la Dirección de Ciencia y Tecnología de la universidad.

Los visitantes admiran el aporte científico de la comunidad estudiantil alteña. El evento científico no es una competencia, sino una demostración.

Los docentes de las carreras científicas instruyeron a sus alumnos que busquen una problemática social desatendida y que apliquen elementos tecnológicos para   encontrar una solución.

"Cuando estaba caminando por la calle observé a las caseritas vendedoras de jugos. Ellas, siendo madres de familia,  deben estar todo el día trabajando en su puesto. Ellas fueron mi inspiración”, narra Róger  Cadena, estudiante de último año de la carrera de Ingeniería Electrónica.

El universitario  creó un dosificador de líquido, que  comienza a funcionar  cuando un usuario deposita una moneda en una abertura. El equipo sirve líquido desde un tanque hasta  los recipientes. La dosis es  medible.

"Cuenta con un sistema de audio para aquellas personas que carecen de la vista. También tiene un módulo LCD que indica, en texto,  cuándo debe retirar el vaso”, señala Cadena.

El equipo  es autónomo, no necesita que un humano lo manipule. "Cuenta con un sistema telemétrico, que a través de un sensor  llama al celular del dueño para indicarle que debe reabastecerse el tanque principal”, explica el creador del aparato.

El dosificador  puede contener y abastecer cualquier tipo de líquido. Construir el  prototipo le demandó al joven científico ocho meses,  que lo elaboró desde el diseño.  "Costó 7.000 bolivianos”, dijo.

UPEA crea esqueleto biónico para personas con parálisisCiencia  multiplica producción bovina

Un equipo de cuatro estudiantes de  Ingeniería en Zootecnia e Industria Pecuaria elaboraron un experimento de  pajuelas de semen que  multiplica la fertilización de bovinos y ovinos. La muestra congelada de espermatozoides puede  durar hasta  100 años.

"Un toro puede fertilizar sólo a una hembra, pero con las pajuelas se puede obtener hasta 40 pajuelas para inseminar a 40 vacas”, destaca la científica Elizabeth Yujra, de 22 años.

Los universitarios domaron a los animales y los habituaron a un vagina artificial. La muestra fue tomada de animales de  genética mejorada.

Yujra explica que para la producción bovina se utilizó un toro holstein y un pardo suizo. "Una pajuela, que contiene 80 millones de espermas, es crioconservada y  cuando se descongela  sobreviven 40 millones”, dice.

En la pantalla del microscopio  se ve que los espematozoides viven.// Página Siete

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