A mi me encantó ese librito, porque eso es, ahí el autor boliviano relata la historia de unos niños lustrabotas, que vivien en las laderas de la urbe alteña, en ese entonces zonas desiertas, hoy bastante pobladas como la zona Villa Ingenio y la zona Villa Esperanza. Narra como viven en las precariedades y carencias más extremas.
Además lo narra con un lenguaje muy criollo, muy nuestro, usando modismos que los utlizamos consatantemente, al leer el libro aprendí que cerca de mi casa habí antes un cementerio. Cuenta también las travesuras de esos niños por la ciudad de La Paz, habla de pollazos y más. Una bonita historia con un triste final.
Pienso que el hecho de no haber vivido con tantas carencias hace que no sepamos valorar todo lo que tenemos (aunque siempre me faltaron juguetes), en todo caso debemos dar gracias a nuestros "viejitos" por siempre habernos dado lo necesario para no pasar hambre y frío. Puesto que hoy en día, todavía podemos ver niños en todo el mundo que pasan hambre y frío, sin que nadie haga algo para remediarlo, ni siquiera nosotros.
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