Los niños alertan con hasta siete señales de riesgo que pueden
derivar en posibles dificultades de aprendizaje. La inversión de letras, la
falta de lectura comprensiva, la atención dispersa y la hiperactividad son
algunas características. Expertos sugieren atención de psicopedagogos.
“Mis dos gemelos son hiperactivos, tienen atención dispersa y
les cuesta recordar”, cuenta Elizabeth Flores, madre de dos niños que cursan el
2º de primaria en un colegio privado.
A estas tres señales que mencionó esta mamá se suman la falta
de lectura comprensiva, la dificultad para repetir los números en orden, el
distinguir la derecha y la izquierda, y problemas de ubicación en el tiempo,
explica la directora del Centro de Educación Especial Luis Espinal de Oruro,
Salomé Ayllón.
Estos aspectos que son visibles para el maestro y para el padre
de familia son signos de riesgos de posibles dificultades de aprendizaje, que se
los debe atender cuando el niño cursa el 3º de primaria, apunta.
En
un diagnóstico que realizó el Ministerio de Educación hace dos años se
identificó que los niños tienen problemas en tres áreas: razonamiento
lógico-matemático; lectura y escritura, y atención y memoria.
“Hay múltiples dificultades, pero en el caso boliviano, donde
hay más problemas es en estas áreas”, explicó el viceministro de Educación
Alternativa y Especial, Noel Aguirre.
En 2015, los centros de educación especial dependientes del
ministerio atendieron a 1.556 estudiantes con dificultades de aprendizaje. Pero
la prueba de diagnóstico alcanzó a 5.000 alumnos de todo el país.
Aguirre dijo que una forma de identificar los problemas de
aprendizaje son ciertas señales, como respuestas mal hechas de un examen, falta
a las clases y llamadas de atención.
Diagnóstico. Para el coordinador del Centro Boliviano de
Investigación y Acción Educativa (Cebiae), Israel Lahor, es vital que los
padres identifiquen estos trastornos en los primeros años de escolaridad para
una atención de nivelación.
“Si no se atiende a tiempo, el niño tendrá un aprendizaje
retrasado y poco integral; a nivel emocional, genera frustración y una
asociación negativa con la escuela y odiará ir al colegio”, reflexiona el
investigador.
Considera que por ello es importante una detección temprana
cuando el niño empiece a leer y escribir.
La psicoterapeuta Olivia Loayza explica que los trastornos como
la hiperactividad, la atención dispersa, la dislexia (problemas de lectura) y la
discalculia (dificultad con las operaciones aritméticas) son los casos que más
atiende a principios de año.
Para la psicopedagoga Alejandra Avilés, las dificultades de
aprendizaje están relacionadas más con los problemas de la lectura y la
escritura, y el razonamiento.
Pero que la hiperactividad, la falta de atención y el control
de la motricidad fina no son trastornos de aprendizaje, pero sí afectan.
Ayllón afirma que es necesario que el niño aprenda jugando y
relacione lo que aprenda con su entorno a través de estrategias lúdicas. “El
mismo maestro puede elaborar juegos con el estudiante”, recomienda.
Aguirre sugiere a los padres de familia hacer el seguimiento
del proceso de aprendizaje de su hijo desde los primeros meses y no así solo al
culminar la gestión escolar. Afirma que los maestros tienen la obligación de
identificar a los alumnos con dificultad de aprendizaje y generar herramientas
creativas de enseñanza.
Dificultades comunes
Dislexia
Alteración de la capacidad de leer por la que se confunden el
orden de letras, sílabas o palabras.
Disgrafía
Trastorno de la capacidad de escribir.
Discalculia
Dificultad en el proceso de aprendizaje de operaciones
aritméticas.
Mala dieta y conflictos de familia dañan al
estudiante
Una mala alimentación y los problemas familiares determinan el
proceso del aprendizaje del estudiante. Una lesión cerebral, causada por un
accidente o al momento del nacimiento del niño, necesita la atención de
expertos.
“Si el niño come comida con mucha grasa o azúcar, que están
concentrados en la comida chatarra, puede repercutir en dificultar la
concentración y el aprendizaje”, señaló la psicoterapeuta Olivia Loayza.
Explicó que estos elementos imposibilitan que las neuronas se
comuniquen de manera óptima. Agregó que el buen crecimiento y el desarrollo del
cerebro necesita de una dieta a partir de los seis meses de nacido el bebé.
Familia. La directora del Centro de Educación Especia Luis
Espinal de Oruro, Salomé Ayllón, explicó que además de la alimentación los
problemas familiares son factores que inciden en el proceso de aprendizaje del
niño.
“La mayoría de los alumnos viene de familias disgregadas y no
cuenta con apoyo; éste es otro factor que lleva a la dificultad de aprendizaje”,
dijo Ayllón.
La inadecuada alimentación de los estudiantes se percibe cuando
los alumnos se duermen en clases. Este aspecto se trabaja con los padres de
familia.
La profesional agregó que es importante la atención sobre una
lesión cerebral en los niños como una causa de los problemas en el aprendizaje.
Una enfermedad relacionada con alta temperatura también genera una lesión
cerebral en el niño.// La Razón
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