La prueba de la tuberculina (Enfermería)

“Cucha que te diga…”. La tuberculosis continúa siendo una de las causas más importantes de enfermedad y muerte en muchos países y un importante problema de salud pública a nivel mundial. En este sentido, hace unos años publicábamos este post que incluía algunas recomendaciones para la correcta realización de la prueba de la tuberculina. Una prueba utilizada para el diagnóstico de esta enfermedad y que habitualmente suele ser realizada por enfermeras. En este sentido, he pensado que actualizar y revisar la información que contiene este post puede ser de utilidad. Además, al final del post he incluido algunos documentos de interés que te ayudarán a completar la información que compartimos por aquí. Si tienes más información, compártela con nosotros.

La prueba de la tuberculina

Continuamos con nuestra sección habitual de Evidencias. Hoy hablamos de la tuberculosis, concretamente del diagnóstico de esta enfermedad, mediante la prueba de la tuberculina, ya que para el diagnóstico de infección tuberculosa latente, se recomienda la realización de la prueba de la tuberculina en todos los casos (Recomendación Fuerte (1). La prueba de la tuberculina se realiza mediante la técnica de Mantoux y es ampliamente utilizada. Sus ventajas son su escaso coste económico y su fácil realización, aunque tiene también sus inconvenientes.

Según el Plan para la prevención y control de la tuberculosis en España (2), esta prueba no debe realizarse como único criterio diagnóstico, sino que su solicitud se debe asociar, en caso de que así se requiera, a la de radiología y baciloscopia y cultivo. La prueba de la tuberculina debe rea­lizarse a la población que presente mayor probabilidad de infección o enfermedad tuberculosa, como es el caso de los niños sospechosos y los contactos estrechos de enfermos. En general, no se recomien­da en población de bajo riesgo debido a la alta tasa de falsos positivos en este grupo. La interpretación de los resultados de la prueba se hará siguiendo las recomendaciones oficiales internacionales.Enfermería en la UPEA

La técnica

Recordemos brevemente la Técnica de Mantoux:

  • Inyectar 0,1 ml del PPD justo por debajo de la capa más superficial de la piel (intradérmica no subcutánea) en la superficie anterior del antebrazo.
  • La inyección causará una discreta elevación de la piel o habón de 6 a 10 milímetros de diámetro. Se deben utilizar jeringas y agujas de un solo uso y seguir todos los procedimientos de control de infección incluyendo el uso de guantes y la utilización de contenedores adecuados para eliminar las agujas.
  • Después de la administración se debe instruir al paciente para que no se frote, rasque o cubra con una tirita o esparadrapo la zona de la prueba. Se permite lavar y secar la zona si es necesario, pero no con sustancias irritantes.
  • La prueba de la tuberculina se realizará lo antes posible tras la detección del caso índice y se repetirá a las 8 o 12 semanas si la primera ha sido negativa.
  • No se administrará en aquellos pacientes que se sepa que ya fueron positivos.

Valoración de los resultados de la prueba de la tuberculina

  • Los resultados deben valorarse según el riesgo del paciente de desarrollar una tuberculosis en caso de infección y según el grado de exposición.
  • Los tres puntos de corte que suelen aplicarse (≥5mm, ≥10 mm y ≥15 mm) se utilizan para mejorar la sensiblidad y la especificidad de la prueba en el contexto del cribado a grupos de riesgo.
  • En los contactos se considerará que la prueba de la tuberculina es positiva cuando presente una induración ≥5 mm.
  • La aparición de vesículas o de necrosis es altamente sugestiva de infección tuberculosa.
  • En las personas vacunadas contra la tuberculosis no se puede saber si la reacción es debida a la infección por M. tuberculosis o bien es un recuerdo de la vacuna. A efectos prácticos, en los colectivos con alto riesgo de infección el antecedente de vacunación no debe tenerse en cuenta.
  • La prueba de la tuberculina carece de utilidad en las personas con un diagnóstico previo de tuberculosis o que hayan recibido un tratamiento antituberculoso completo.
  • Se trata de una prueba bien tolerada en general aunque no debe realizarse en zonas cutáneas con quemaduras o eczema.
  • En caso de administrarse durante el embarazo no se ha documentado efecto teratógeno.
  • La vacunación del sarampión, paperas y rubeola puede causar falsos negativos de la prueba y por lo general se aconseja administrar la prueba de la tuberculina en el mismo día de la vacunación o seis semanas después. También se producirán falsos negativos por mala técnica de inoculación, enfermedades y situaciones que provoquen inmunosupresión, incluida la tuberculosis.
  • La lectura de la prueba de la tuberculina debe llevarla a cabo personal entrenado para ello. Tras la inyección intradérmica del PPD, la lectura se realiza entre las 48 y 72 horas. La valoración se realiza con una regla flexible para medir la induración generada alrededor de la zona de inyección. Se medirá el diámetro mayor (tranversal) de la indura ción, excluyendo la posible zona eritematosa alrededor de la inyección. Siempre se debe registrar la medida obtenida (en milímetros) y no simplemente la positividad o negatividad de la prueba. Si ha transcurrido entre 72 horas y hasta una semana tras la inyección, la prueba se valora del mismo modo.

Documentos  y recursos de apoyo

  • Web del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del Gobierno de España. Enlace.
  • Presentaciones y recursos de la II Jornada de Tuberculosis. Unidad de Gestión Clínica Salud Pública. Sevilla. Enlace.
  • Protocolo de prueba cutánea de la Tuberculina o Reacción de Mantoux. Distrito Sanitario Atención Primaria. Sevilla. Enlace.

  • Hoja informativa sobre la prueba de la tuberculina. Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades. Enlace.
  • Eviencias, preguntas y respuestas sobre la prueba de la tuberculina. Preevid. Biblioteca Virtual Murcia Salud. Enlace.// Cuidando.es

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Carrera de Enfermería de la UPEA

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