Docentes de la UMSA y la UPEA ven actitudes nobles en la gente para superar el racismo

Los encuentros entre estudiantes de El Alto y La Paz son ejemplos poco visibles del camino hacia la reconciliación en Bolivia, señalan docentes universitarios conocedores del tema de diálogo.

Los docentes Blithz Lozada y Max Murillo, de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), respectivamente, discrepan sobre las teorías que originan el racismo en el país, pero ven una esperanza en la sabiduría de la gente para un abrazo entre los bolivianos en la coyuntura actual.

Reunidos en el espacio de “Hablar de Bolivia, con una taza de café”, Lozada contextualiza que el racismo está en el alma de cada persona y en la medida en la que un grupo establece cierta identidad y posición en la sociedad hay enfrentamiento; añade que el mestizaje es una explicación para el racismo étnico en el país. Pero Murillo lo rebate y dice que en realidad no hubo tal proceso de mezclas, sino una sociedad pigmentocrática (estratificación en base a estructura socio-racial o desigualdad social basada en el color de la piel) citando investigaciones de Javier Medina.

La exposición de posturas se extiende por casi una hora, pero entre cruces de sonrisas y ceños de desacuerdo surgen claros ejemplos de acercamientos entre diferentes que rechazan la violencia y los climas de polarización.

“En estas semanas hay fuertes debates —en la UPEA— a propósito de las elecciones, donde realmente se escucha diversidad de opiniones. Yo con alegría escucho a alumnos y alumnas que están absolutamente en contra de temas racistas, de temas de discriminación, siendo ellos ahí que han sufrido todo este problema histórico, que ha sido muy fuerte y sigue siendo fuerte en el caso de Bolivia”, resalta Murillo.

Comenta que hace meses encontró a un grupo de estudiantes, de un colegio privado de la zona Sur de La Paz, que logró juntarse con universitarios de El Alto a pesar de las advertencias de algunos padres, de que era riesgoso por el clima de polarización.

“Uno de los chicos con los que conversé, de la zona Sur, me habló muy contento; de hecho, él subió a El Alto en contra de sus papás, que le dijeron: 'es peligrosísimo, no vayas, no subas; mucho cuidado, te van a ver blanco y te van a romper', pero él decía: 'estos compañeros con nosotros no son violentos y ahora hemos acordado encontrarnos en otros momentos más'", relata el docente de la UPEA, quien considera que no es un ejemplo trivial, sino un grado de madurez de la juventud a pesar de las confusiones y lo negativo que existe en Bolivia.

Yo confió mucho en que de a poco vayamos encontrando precisamente estos puentes, estos espacios que necesitamos los bolivianos, yo por lo menos voy sintiendo eso con mucha esperanza, ese camino, en el caso de la UPEA”, expresa Murillo y acota que la discusión es cómo “consensuamos los bolivianos” desde distintas esferas, clases sociales para construir una nación entre la diversidad.

Lozada está de acuerdo y cree que el pueblo en general tiene una actitud noble, que no solamente se refleja en esos encuentros que comentó Murillo, de abrazarse y perdonarse, sino en esas condiciones de generosidad y de sabiduría de la gente, a pesar de los que tienen “intereses étnicos”.

Pone como ejemplo a Nelson Mandela, quien después de más de 30 años de estar preso perdonó a sus captores, a los blancos que lo pisotearon, que lo humillaban, que le quitaron la libertad. “Pero cuando él fue presidente no enarboló el discurso del resentimiento y el racismo de decir 'nosotros, los negros, somos los superiores y vamos a dar puntapié a los blancos', esa actitud es finalmente antiracista, porque el racismo está en el alma, no está en el color de la piel”.// ANF

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