Clases a distancia defraudan a estudiantes de la UPEA, prefieren trabajar o 'autoengañarse'

Son las 09.00 de la mañana y al menos siete estudiantes caminan por el patio principal de la Universidad Pública de El Alto (UPEA), una cifra muy reducida en comparación con la muchedumbre de hace tres años. Muchas aulas se hallan vacías y solo determinadas carreras dictan clases 100% presenciales.

Esta situación desata la preocupación de los estudiantes, ya que consideran que la modalidad a distancia y semipresencial los afecta en su formación, porque no cuentan con recursos para las clases virtuales y porque las condiciones de enseñanza en la misma universidad son mejores.Noticias de la UPEA

Para el comercio tampoco ha sido fácil; en la parte derecha de las afueras de la institución hay aproximadamente siete puestos de venta y a la izquierda tres, pero todos con poca afluencia de estudiantes. La situación es más dura para las tiendas y kioskos instalados para ofrecer servicios en cuadras más allá.

Al frente se divisan negocios de fotocopiadoras y patio de comidas, pero con poca gente. La economía también se resiente con la falta de clases presenciales.

Rosa Q., estudiante de la carrera de Comunicación Social, cuenta que ingresó el 2020, pero pisó las aulas solamente los primeros tres meses, desde entonces, se ha dado maneras de buscar pasantías o trabajos en el mismo horario que pasa clases porque se le hizo más fácil.

“Ya vamos pasando casi dos años virtualmente y no aprendí. Prefiero hacer pasantías porque ahí aprendes mejor que en las clases”, explica Rosa.

Indica que sus compañeros de aula se dedicaron a trabajos esporádicos para aprovechar la no obligación de ir a la universidad. Además, Rosa reconoce que las clases virtuales abren paso al “autoengaño” durante los exámenes.

“Desde principios de año me hubiera gustado pasar presenciales para aprender mejor y hasta en los exámenes nos engañamos nosotros”, indica.

Gustavo A., estudiante de Derecho, indica que desde las clases a distancia aprovechó para buscar oportunidades laborales, pero dejó de lado sus estudios.

Para el docente de Economía Carlos A., uno de los grandes problemas de no pasar clases 100% presenciales es que el aula se vuelve unilateral y poco controlada.

“No creo que haya buenos resultados (…) las clases se vuelven unilaterales, es el docente quien habla, el que da el contenido y los lineamientos y no existe una respuesta homogénea de todos los estudiantes”, dice.

El catedrático explica que es muy frecuente que cuando se le pide al estudiante encender su cámara durante clases virtuales, se ve a muchos en la movilidad, en el trabajo o en otras actividades.

Por ello, la modalidad a distancia tropieza con el control de los estudiantes para que se formen bajo las condiciones mínimas, como estar frente a una computadora y con el 100% de atención en el aula virtual.

“Es absurdo pedirles que estén así porque las condiciones de la pandemia lo impiden porque los estudiantes deben trabajar, cuidar a sus hijos, hermanos, es muy difícil (…) en las clases presenciales había cierto control y el estudiante estaba en un ambiente académico, no creo que haya buenos resultados”, indica.

Según autoridades de la casa superior de estudios, hay carreras que optaron por clases presenciales y esto varía por el tipo de infraestructura, condiciones y el área al que se pertenece. Una de ellas es Ciencias del Desarrollo, Odontología y Medicina.

Además, se creó una comisión juntamente con el Centro de Salud más los encargados de cada carrera para los controles de bioseguridad en las aulas que optaron por presenciales.

Poco movimiento económico

Antes de que se declare la emergencia sanitaria por Covid-19 en marzo de 202, existía un vasto número de puestos de venta, al frente de la casa de estudios superiores.

Las caseras de los llamados “agachaditos” al día vendían al menos 100 platos, hoy la cantidad se redujo a menos de la mitad. “Ahora, pocos estudiantes vienen a comer, ofrecemos barato, pero igual, así poco a poco hemos vuelto a vender, pero no hay venta, hay poquito”, indica una vendedora.

Doña Paulina vende en la parte izquierda de la entrada de la UPEA, a unos pasos de la estación del teleférico azul. Ella, como otras de sus compañeras ha decidido volver a vender porque se enteró de son pocos los estudiantes que pasan presenciales. Tiene la esperanza de que esto mejore.// Urgente

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