La decisión, arriesgada según advierten los supervisores, de invertir en criptoactivos pasa por conocer la terminología que ha surgido a su alrededor, una jerga propia que fluye con naturalidad en las redes sociales pero que requiere cierta explicación para los no iniciados
El peculiar mundo del bitcóin y del resto de criptodivisas está generando una sacudida en el universo de la gestión de activos. Y existe una serie de conceptos que debe manejar el inversor que desee conocer con detalle la operativa –y también los riesgos, sobre los que no se cansan de advertir los reguladores– de este tipo de criptoactivos. De hecho, las criptodivisas tienen una terminología propia que se ha popularizado en paralelo al auge de sus precios.
Compra en
'exchange'
La principal forma de comprar bitcóin u otros criptoactivos es a través de los conocidos como exchange. Son plataformas que funcionan a modo de casa de cambio de divisas. A menudo, también ofrecen compra de acciones o de productos derivados. Existen varios tipos. Los más tradicionales y asentados, como Binance o Coinbase dan acceso a las monedas al precio de mercado y obligan al usuario a identificarse en cumplimiento de normativas antilavado de dinero. También existen las plataformas que funcionan de acuerdo a intercambios directos entre compradores y vendedores y que ofrecen un mayor anonimato, con un precio de operación variable al estar supeditado al acuerdo entre ambas partes.
A día de hoy, el limbo legal sigue siendo la realidad. Tanto Binance como Coinbase se encuentran en la lista de la CNMV de entidades que desempeñan servicios de inversión sin estar autorizadas ni registradas para ello. La lista está prácticamente conformada en su totalidad por empresas que prestan servicios de criptoactivos. Aunque también es una advertencia que lanza la CNMV, está diferenciada de la lista de chiringuitos financieros, que son las entidades que fingen ofrecer servicios de inversión con el único fin de captar el máximo dinero posible para luego desaparecer. El hecho de que los exchange no sean considerados chiringuitos financieros no significa que muchos adopten fraudulentamente su forma para engañar a los usuarios. Y así, también hay supuestos exchange en la lista de estos chiringuitos financieros.
Mineros
El bitcóin funciona basado en un código que limita la creación de este activo hasta los 21 millones de unidades. Nadie es capaz de explicar el porqué de esa cifra, pero fue la que fijó Satoshi Nakamoto, el enigmático nombre del creador del bitcóin. Los bitcóins se “minan”. Sin recurrir a un pico y una pala, un ordenador se dedica a resolver operaciones matemáticas, conocidas como hash en la jerga. Estas operaciones sirven para registrar las transacciones en todos los ordenadores que se encuentran “minando” la moneda y posibilitan el funcionamiento de los intercambios basados en bitcóin. A cambio de su servicio, el propietario de la máquina recibe bitcóins a modo de pago por resolver esas operaciones y posibilitar el funcionamiento de la red.
Minero puede ser realmente cualquier persona que cuente con un ordenador y el software adecuado para participar en la red. Debido a la limitación en el número de bitcóin, la recompensa va menguando en los conocidos como halving, el evento mediante el cual se reduce a la mitad el premio para los mineros. A mayor cantidad de mineros, más complejas se vuelven las operaciones y más recursos se necesitan para obtener el pago en bitcóin. En la actualidad, se calcula que la red bitcóin consume tanta energía que, si fuera un país, consumiría más que toda Argentina, según la Universidad de Cambridge.
Qué es un 'wallet'
La compra de una divisa digital requiere de un sitio para su almacenamiento. Aquí es donde entran en juego los wallet o monederos virtuales. Es el sitio en el que se guarda el criptoactivo que se adquiere. Aunque existen diferentes tipos, todos funcionan basados en un mismo principio. Cuentan con dos claves, la pública y la privada. La clave pública es la que se comparte cuando se quiere hacer una transacción; por así decirlo, el número de cuenta. La clave privada es la que da la titularidad de las criptomonedas, pues permite reclamarlas como el legítimo propietario; sería la contraseña de la cuenta bancaria. La mayoría de exchanges gestionan ambas en nombre de sus usuarios. En el universo bitcóin se defiende que si un inversor no tiene ambas claves en su poder, no es el auténtico propietario de los criptoactivos.
Tipos de criptoactivos
Cuando se habla de criptoactivos se piensa únicamente en bitcóin, pero hay un amplio rango. Ethereum o Ripple son ejemplos de monedas basadas en su propio código. No todas nacen con la misión de ser medios de pago. Dogecoin, criptomoneda que originalmente se creó como una broma, ha disparado su valor por encima de los 40.000 millones de dólares tras recibir el apoyo de Elon Musk.
'Stablecoin'
Estas monedas mantienen su precio estable en el tiempo al contar, en teoría, con una cesta de divisas o valores de bajo riesgo como el dólar, el euro o el oro. Su objetivo es dar estabilidad y rebajar la volatilidad de las divisas virtuales. Las más controvertidas son las que están respaldadas por otra criptodivisa.
'Token'
Los tokens representan una unidad de valor emitida por una entidad privada. Significan que se tiene un derecho sobre algo, más allá de servir de moneda. Por ejemplo, un token de un hotel entregado a sus clientes por reservar habitaciones y que diera derecho a poder adquirir con él servicios. El token tiene la función que le asigna su emisor.
Hodl, to the Moon
Es el grito de guerra de los inversores de bitcóin. Se trata de la versión mal escrita del anglicismo hold. Es decir, resistir o mantener. Se invoca sobre todo cuando se producen caídas bruscas en el valor del criptoactivo. To the Moon hace referencia a la creencia de que el precio del bitcóin llegará hasta la Luna, en una peligrosa asunción de que solo puede subir.
Lambo, no coiner
La comunidad del bitcóin no lleva bien las críticas de quienes sostienen que es una burbuja basada en la especulación. Y han acuñado expresiones, mezcla de defensa y arrogancia. Lambo, en alusión a los coches de lujo Lamborghini, es una alegoría de la riqueza que pueden traer los criptoactivos. Y no coiner, o sin monedas, en desprecio a los escépticos, asumiendo que se oponen simplemente por envidia.// Cinco Días
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